Una sociedad en constante cambio

Las sociedades cambian, esto es un hecho indudable. Generalmente, presuponemos que se trata de un cambio que desemboca en evolución o progreso. En otros casos, tenemos que lamentar la aparición de fenómenos sociales negativos (violencia, delincuencia, paro, etc.,). Pero al margen de esta doble realidad, surgen en ocasiones tendencias o fenómenos sociales que no son negativos o positivos de por sí. Son la consecuencia lógica de combinar una sociedad en constante cambio con la propia naturaleza del ser humano. Fenómenos “naturales” que, en determinados casos, son incluso necesarios para favorecer aspectos tan importantes como la libertad, la autoestima o la independencia de los individuos que forman parte de nuestra sociedad. La mediación en procesos de separación aporta las claves necesarias para la adecuada gestión psicoemocional en casos de ruptura sentimental.

 

La separación conyugal

Sin duda, uno de los fenómenos más recurrentes en nuestra sociedad actual es la separación conyugal. No obstante, conviene destacar la importancia de este hecho en su justa medida y contexto. Es decir, la consecuencia visible es el profundo malestar emocional en uno o ambos miembros de la pareja. Sin embargo, es preciso aclarar que la separación en sí no suele ser el mayor o principal problema, sino el hecho de haber venido arrastrando una serie de problemas de intensidad creciente hasta el momento de haber tomado la decisión final que, tomada de común acuerdo, supone una verdadera liberación en muchos casos.

 

La ayuda de la mediación en procesos de separación

Por otra parte, no cabe duda de que los problemas psicológicos asociados al propio proceso de la separación suelen ser de una intensidad notable, hasta el punto de requerir, en muchos casos, atención profesional desde la terapia psicológica. Es entonces cuando interviene el/la psicólogo/a, como figura mediadora en el duro trance, bien para ofrecer el apoyo psicoemocional necesario según el caso, bien como guía y apoyo a la hora de afrontar la compleja toma de decisiones posterior.

En cualquier caso, las funciones del/la profesional de la psicología en este ámbito no se limitan a las mencionadas, dado que cada caso presenta sus propias particularidades y requiere, por tanto, un tratamiento específico de los problemas con los que uno o ambos cónyuges acudan a consulta.