¿Qué son?
Cuando hablamos de problemas de excitación sexual femenina nos estamos refiriendo específicamente a cualquier dificultad que una mujer pueda tener a la hora de sentirse sexualmente excitada a nivel fisiológico, aunque los factores psicológicos y emocionales se hallan directamente relacionados.
¿Por qué se caracterizan?
Los signos más frecuentes en este tipo de problemas son, por una parte, de naturaleza fisiológica (ausencia de lubricación y dilatación vaginal, escasez de flujo sanguíneo en el tejido genital) y, por otra parte, de naturaleza psicológica y emocional (ansiedad, posibles síntomas depresivos por la aparición del problema, etc.). Esta dificultad a menudo está directamente relacionada con un problema de inhibición o escasez de deseo sexual.
¿A quién afectan?
Estos problemas suelen ser más habituales entre mujeres de edad madura, aunque pueden presentarse también en mujeres más jóvenes.
¿A qué se deben?
Entre las causas de este tipo de problemas, podemos hablar de factores de tipo físico (desequilibrio hormonal, interferencia de fármacos, diabetes, enfermedad coronaria, lesión espinal, problemas relacionados con el sistema nervioso, etc.), aunque normalmente aparece un importante componente emocional, psicológico o conductual (depresión, ansiedad, falta de deseo sexual, estimulación inadecuada, problemas de pareja, etc.).
¿Tienen solución?
Al tratarse de un problema de naturaleza psicofisiológica, la terapia psicosexual constituye la solución más adecuada mediante la realización de ejercicios específicamente adaptados al caso. Sin embargo, es aconsejable iniciar la evaluación del caso descartando cualquier posible problema médico antes de intervenir, pudiendo resultar muy adecuado complementar la terapia psicosexual con un tratamiento médico específico, en caso de ser necesario y siempre y cuando no interfiera en la mejoría natural y la autonomía que aporta la terapia psicosexual a la persona afectada.