La educación, la herramienta más eficaz
Según las estadísticas más recientes del Ministerio de Sanidad, el Consejo General del Poder Judicial y el INE, las cifras del maltrato siguen aumentando. La verdad, nadie puede negar ya que esto se nos ha ido de las manos. Pero debemos tener claro que los Buenos Tratos también existen y debemos fomentarlos.
Creo sinceramente que no soy la única persona de la sociedad que comienza a estar más que harta de tener que despertarse cada día con la amarga noticia de un nuevo asesinato por violencia de género, dentro o fuera del contexto de la pareja. O de comprobar cómo aumentan las agresiones en distintos ámbitos: social, escolar, doméstico-familiar, etc. Y aún hay quienes niegan que haya una crisis de valores. Parece que no conviene visibilizar ciertas problemáticas, pero cuando caen por su propio peso…
Avances tecnológicos y cambio social
Parece que, llegados a este punto, algunas personas -como los haters– evidenciando su gran cobardía y torpeza, son incapaces de resistirse a la tentación de hacer daño a otras. Abusan, por ejemplo, de la enorme facilidad que la tecnología les ofrece. Lamentablemente, es obvio que ser adulto no presupone ser una persona respetuosa o que haya aprendido a convivir pacíficamente con el resto de la sociedad.
Pero no es justo culpar a los avances tecnológicos de un problema que en realidad ha existido siempre, aunque ahora de modo más visible. El maltrato, la violencia, la agresividad, la falta de respeto llevada al extremo… -da igual cómo lo llamemos- proceden de la falta de aprendizaje de una serie de valores absolutamente básicos. Valores que deberíamos asimilar desde que tenemos uso de razón, comenzando por nuestro núcleo familiar. Buenos Tratos, igualdad de género, respeto a la diversidad, mayor valoración de las personas, esfuerzo por sacar lo mejor de sí mismo, empatía, asertividad, eliminación de viejos estereotipos de género. Todo esto solo es posible desde una educación coherente y sistemática.
Sin embargo, los cambios sociales van a un ritmo y los gobiernos a otro. Así de claro. Así que nos va a tocar remangarnos y trabajar duro siguiendo, como personas responsables, el ejemplo de países que ya hayan logrado cambios positivos y duraderos.
Los Buenos Tratos se aprenden
Hay quien confunde ser positivo con no ser realista. Pues seamos realistas y, sobre todo, honestos. Convivir desde los Buenos Tratos no es una utopía, es algo completamente factible, siempre y cuando todos y cada uno de los miembros de nuestra sociedad nos unamos y comprometamos realmente con la causa y dejemos de ignorar el origen del maltrato.
Siempre he dicho que, desde la madre o el padre que eligen cómo educar a su hijo (respeta a tu hermana y comparte con ella, respeta a tu profesora, responsabilízate de tus tareas, ayuda en casa, no te rías de quien no ha tenido tu suerte, aprende a escuchar y a pensar antes de hablar, aprende a identificar y gestionar tus emociones básicas…), hasta el político o ministro, pasando por los distintos profesionales de la sanidad, la educación y los cuerpos y fuerzas de seguridad, nadie está exento de responsabilidad. Todos podemos aportar algo constructivo.
Ver para creer…
Al escribir este artículo, no he podido evitar recordar que hace tan solo unos meses intenté, fallidamente, denunciar un caso de violencia de género que tuvo lugar ante la ventana de mi despacho. Ver para creer. Llamo a la Policía Local, informo de lo que estoy viendo -agresión verbal y física- incluyendo la descripción pertinente de las personas y me dicen que van a mandar un coche. Pasan 10, 15, 30 minutos… pierdo ya de vista a la pareja y ni rastro del coche de policía. La comisaría está prácticamente al lado de la zona. No digo más.
Ojo, no quiero decir con esto que no sirva denunciar, sino que a veces no será suficiente con tener la intención de hacerlo, porque encontraremos obstáculos, por lo que sea. Y conviene tener un plan B. Al menos aprendí que la próxima vez debía llamar directamente a la Guardia Civil, al 112 o al 016, o a todos por si acaso… Se trataba de una emergencia, pero al parecer, no fue interpretada como tal. Que cada cual interprete la situación como considere adecuado. Mi lectura es que esto puede pasar en muchos casos más y que no siempre es fácil denunciar, pero hay que hacerlo, tanto si eres testigo como si eres víctima.
Proyectos prometedores
El proyecto del matrimonio Obama Let Girls Learn es un magnífico ejemplo de que existen herramientas educativas para combatir esta lacra. El programa antibullying KIVA de Finlandia es otro gran método para prevenirla fomentando los Buenos Tratos desde los colegios.
Por otra parte, solo conociendo de cerca los casos de violencia de género y adoptando medidas multidisciplinares podremos evitar que lleguen convertirse en asesinatos. Si fuésemos conscientes de todo lo que realmente ha ocurrido antes de que la víctima fallezca en manos de su agresor…
Por tanto, yo opto por quedarme con un mensaje positivo. Debemos aprender de todo esto, visibilizar los obstáculos que nos impiden avanzar y unirnos proponiendo soluciones a nivel social, educativo, sanitario, jurídico, etc. Estoy convencida de que, si nos unimos con la fuerza y la responsabilidad necesarias, lograremos poco a poco realizar este gran cambio socioeducativo.
Si eres padre o madre, piensa que tu ejemplo es el mayor aprendizaje que puedes transmitir a tu hijo/a.
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