- ¿La rutina está acabando con tu relación de pareja?
- ¿Quién no ha deseado alguna vez tener el secreto del “eterno deseo sexual” en una relación estable de pareja?
- ¿Sabemos si es realmente posible prolongar el deseo y la complicidad sexual con nuestra pareja a largo plazo?
- ¿Por qué hemos asimilado el concepto de “rutina” con una connotación negativa en el contexto de la sexualidad en pareja?
- ¿Cuáles son las directrices para saber si nuestra relación sigue «sexualmente viva»? ¿Quién las marca en realidad?
- ¿Hemos aprendido a adaptar nuestras expectativas sexuales a la realidad de la sexualidad humana?
- Tenemos acceso a mucha -quizá demasiada- información sobre sexo (infoxicación sexual) pero, ¿qué hay de la información sexual de calidad, del rigor científico de nuestras fuentes? ¿Acaso las cuestionamos?
(Imagen: cottonbro – Pexels)
Sin embargo, es mucho más sencillo ir resolviendo todas estas incógnitas si partimos de la auténtica base de la sexualidad: el bienestar, la curiosidad, la plasticidad, la comunicación erótica, el juego, la diversión…
Y es que nuestra naturaleza sexual y sexuada nos ha premiado con algo mucho más valioso de lo que a priori podamos pensar: nuestro enorme potencial para sentir placer, no exclusivamente genital (afortunadamente), sino en el sentido más amplio de la palabra.
En este artículo he querido profundizar en un tema que creo que os interesará bastante: el erotismo compartido. Si quieres descubrir conmigo los placeres secretos de tu sexualidad en pareja, acompáñame en esta lectura… te aseguro que será divertido…
La importancia del erotismo en la pareja
Si hay algo evidente en sexología es que, cuando no existen problemas serios, cada individuo y cada pareja disponen de su propio mundo erótico. Esto es algo que al comienzo suele ir surgiendo de manera casi natural. (No vamos a negar la influencia hormonal, ya de sobra conocida: oxitocina, dopamina…). Sin embargo, tarde o temprano, debemos ir construyéndolo de manera más equlibrada, consciente y, sobre todo, menos exigente. Sobre todo si queremos alcanzar cierto nivel de satisfacción en nuestra sexualidad en pareja a largo plazo.
Creando un nuevo concepto de rutina
Una vez transcurrida esa primera etapa tan paradójica de la relación en la que todo parece fluir casi por sí solo, pero también es agotador -no nos engañemos, ningún ser humano soportaría física y mentalmente estar en «pico máximo de enamoramiento» las 24 horas durante demasiado tiempo-, tenemos la oportunidad de construir algo sólido y real, que puede aportarnos mucha satisfacción sexual y emocional, pero que requerirá esfuerzo por parte de ambos miembros de la pareja.
Podemos enfocar el tema de la famosa «chispa» o «llama» de muchas formas. Pero lo primero que conviene tener clarísimo es que no existen remedios mágicos o milagrosos. En mayor o menor grado, esta meta requerirá una actitud proactiva y de esfuerzo compartido entre ambos miembros de la pareja.
¿Rutina o problema sexual?
Además, es esencial aprender a distinguir entre dificultades sexuales puntuales en la pareja -o que realmente sepamos cómo gestionar- y auténticos problemas sexuales y/o de pareja que pueden ir progresivamente minando la calidad de la relación, hasta incluso destruirla. Ojo, que no siempre es sencillo distinguir una cosa de otra, ya que, aunque existen indicadores, no nos han enseñado a identificarlos, salvo a los/as terapeutas sexuales.
(Por ejemplo, un problema serio de confianza en pareja o un problema sexual específico (vaginismo, anorgasmia, dispareunia, problema de control eyaculatorio, dificultades de erección recurrentes…) solo se podrá solucionar con terapia sexual y/o terapia de pareja, según el caso).
Cuando sentimos que la relación es fuerte, que la complicidad y la confianza mutua están presentes y que hay un conocimiento del otro lo suficientemente sólido como para buscar un aliciente extra que añada un poco de sorpresa, ilusión o pura diversión a la relación, tenemos la suerte de poder acceder hoy en día a una amplia gama de productos de calidad -para cualquier bolsillo- que pueden ayudarnos.
Y, por supuesto, este recurso también es genial para aquellas otras parejas que comienzan a conocerse, ya que les permitirá introducir la diversión, a la vez que mejoran su conocimiento del otro a un nivel más íntimo. (Lo cual puede ser de mucha ayuda cuando por tabú, vergüenza o inhibición nos cuesta hablar de sexo con la persona a la que estamos conociendo).
Propuestas para divertirse en pareja
Seriéfilos, cinéfilos, románticos, tántricos, sensitivos, sapiosexuales, dominas/dominatrix, amos/ masters, amantes de los disfraces y del role-playing sexual… por favor, cojan papel y boli, pónganse cómodos y escojan una opción en cada caso:
- ¿Gambito de Dama o Cincuenta sombras de Grey?
- ¿Romanticismo o BDSM?
- ¿Sexualidad tántrica o «sexo salvaje»?
- ¿Kamasutra o aromaterapia?
- ¿Juegos de mesa o cartas?
- ¿Sexo oral o humping?
- ¿Rol-playing o fetichismo/disfraces sexis?
- ¿Gay o lésbico?
¿Todo anotado? Ok, pues ahora os invito a explorar juntos vuestro propio mundo erótico.
Si es vuestra primera vez, os recomiendo comenzar escogiendo solo aquel producto que realmente os convenza y se adapte a vosotros, o, si quieres sorprender a tu pareja, mejor apuesta por lo seguro o pregunta, (a veces no hay nada más antierótico y contraproducente que una sorpresa que pueda ser desagradable para el otro). Por supuesto, todas estas opciones son compatibles entre sí, así que si os atraen varias de ellas, ¿por qué no ir disfrutando la relación con diferentes juegos favoritos?
Bienvenidos/as a vuestra nueva rutina: ¡la diversión!
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